
Mirando a mí alrededor encuentro un recuerdo,
una figura de yeso, la cuál acaricio suave
y con ternura creyendo encontrar un respiro tuyo.
Sin embargo al percibir lo frío de aquel rostro
me doy cuenta que sólo sueño despierto
y de pronto esas imágenes que vinieron
se esfuman como vapor.
Y me dejan estupefacto, casi sin sentido
la nostalgia invade mi alma,
siento tanta pena y alegría
al revivir esos momentos,
aunque sean muy tristes
Y mi alma aún siga herida.
Levanto la cabeza,
respiro profundo,
y después de eso mi mente
sale de ese trance, que me lastima
pero me encanta y fascina.
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