Como una copa de vino,

tragos amargos, tragos dulces, tragos fuertes
muchos estragos y pocos recesos entre bebida y bebida.
De bar en bar; de cantina en cantina,
iba el muchacho reclamando a la vida,
copas rotas, copas vacías que encontraba en el día a día.
Encontró entonces una botella de apariencia sencilla,
la cogió de la canastilla y vertió dulce alegría,
era una linda niña de mirada amiga,
derramando aroma y poesía,
siempre estuvo ahí, al final de la fila
su nombre quedó escrito en la etiqueta
entonces supo que por siempre la amaría.♥